martes, 22 de abril de 2014

Escribir todo lo que no sangro y sangrar todas las heridas que ya cerraron

El dolor que no se demuestra es el que más desgarra por dentro el alma.
Es un grito ahogado pidiendo ayuda a la nada.
La nostalgia de tiempos mejores, la resaca de noches felices, las heridas que nunca me hice por accidente
...
todo acallado por la primavera y su calor; estúpidas alergias a una cara triste.
El tiempo no cura las heridas, solo pasa y deja cicatrices. Los días pasan y dan paso al insomnio de una mente soñadora con miedo a dormir y que prefiera permanecer ahí.
Y así,
en repetición,
en repetición.

martes, 1 de abril de 2014

Tan contradictorio como la primavera

Ya se me empezaba a olvidar esto del insomnio.
Del aquí te pillo, aquí me matas.
Mi cama sigue estando vacía de amor,
pero no de musas,
no de sueños.
Mi cuerpo sigue sediento de besos
y caricias,
mientras que en mi norte sigue siendo invierno y no paro de llover.
El amor se agota,
se marchita,
no florece.
La primavera llega y yo sigo siendo invierno,
sigo siendo lluvia,
sigo siendo yo temiéndole al amor.
Que nada ha cambiado desde que jamás llegaste,
ya no espero tus llegadas
o tus huidas.

que permaneces
como el mar detrás de mi ventana,
tentándome a hundirme en tus bajos fondos
y yo sin saber cómo llegar hasta ti sin ahogarte en mis dramas.
Lo he aceptado,

antes que cualquier estación,

mi primera droga.

la primera musa
...
pero no la única.
Solo un motivo para un puñado de versos que jamás verán la luz,
solo el capullo que no llego a convertirse en mariposa en mi estómago.