viernes, 14 de febrero de 2014

Sé que he dicho muchas cosas sobre el amor que siento sentí por ti...pero perdóname por no ser tan valiente para escalarte y salvarnoste. Perdóname por cansarme de luchar contra los monstruos de debajo de mi cama, resulta que eras tú por lo que temía dormir y no por ellos, temía que si dormía te desvanecieras, pero eso ya lo hizo el tiempo y no los sueños.
Ya sé que dije que no me cansaría, pero de nada sirve luchar si sabes que tu princesa no se halla en lo alto de la torre, de nada sirve dar la vida si sabes que cuando llegues al final de la aventura será ella la que te la quite.
No sé si es por culpa de febrero o de vestirme todos los días de su 14,
pero mi corazón hace lo que quHIERE 
y así no puedo seguir
no puedo permitirme sentir
y menos
por ti.

sábado, 1 de febrero de 2014

Es ridícula la forma absurda en la que he dejado de escribirte.
Cuando decía que mis manos te pertenecían a ti, al parecer no era solo un metáfora.
Me has quitado la razón por la que seguir escribiendo sino es para ti, y es triste porque ésta era la única forma que tenía de soñar, por eso desde que te conozco padezco de insomnio.
Porque si de algo estoy segura es de que yo no me enamoré de ti, pero mis manos no pueden afirmar lo mismo. A ellas le prometiste un mundo a tu lado, en donde no tendrían que temblar más, en donde no debían tener miedo porque tú siempre les darías unas buenas noches. A ellas que les prometiste el mundo con tan solo rozarlas. 
Por ello creo que debería despedirme de éste algo que no llego a empezar, y de la única manera que se me ocurre es escribiéndote algo que sé que jamás llegarás a leer. 
Como ya te he dicho, yo te estaré esperando en la barra de cualquier bar, con la cerveza que te debo en mano, mientras suena nuestra canción de fondo.
No me cansaré de olvidarte.