martes, 20 de mayo de 2014

Nosotros somos el futuro; jóvenes drogadictos amantes de los tatuajes y las redes sociales.

He comenzado a ser consciente de lo mucho que cambia la gente en pequeños lapsos de tiempo, en su necesidad de asociación y a donde puede llegar la estupidez de la futura generación.
Voy a terminar mi primer año de carrera y sigo sin saber muy bien si este es mi lugar o si existe alguno para mí. también sigo sin entender esa regla de oro de que después de los 18 tienes que comportarte de según qué manera y bajo según que reglas. Cuando todos sabemos que somos pequeños niños con experiencia y que aun así tropezamos con la misma piedra, ¿de qué me sirve hablar de forma sofisticada o no hacer el cabra delante de gente que ni conozco si en realidad eso no soy yo? De qué sirve juzgar a lo que se es por fuera si al final estamos todos muertos por dentro.
Se me va tanto la cabeza que seguro que nada de esto tiene orden, lo sé. Solo quería dejar constancia de que la necesidad de relacionarse y apiñarse en pequeñas sectas es un fenómeno digno de estudio sociológico y no toda esa basura de Gran Hermano. Es como la gente se auto engaña a sí misma con principios que no cumplen lo que me entristece. Que muchas cosas me sacan de quicio pero nada tanto como la hipocresía de cualquier ser humano y su puta humanidad, cualidad que se lleva como bandera -cuando no se debería-.
Que somos el mañana chicos. Que debemos concienciarnos y despertar. Que ansiamos un cambio cuando realmente seguimos los mismos pasos de nuestros predecesores, y así vamos.
Y fin a mi sin sentido. Hasta aquí mis delirios despotricando contra la gente. Seguiré estudiando, ahora a gusto.
Fin
(y Jake).

No hay comentarios:

Publicar un comentario