lunes, 24 de marzo de 2014

Llover, llover y lloverme

Todos desconocieron que el frío de ayer fue provocado y no hablo de desamor o polvos mal echados, hablo de lo mismo de siempre, de la paradoja de mi vida, de que me pidan a gritos y con violencia que debo sentirme culpable.
Perdóname el frío de ayer, el de hace un mes y los que me quedan. No puedo yo sola conmigo y parece que la primavera jamás llega.
Que las metáforas no me sirven para enseñarte que mi reflejo ya no aparece en el espejo. Que me he cosido todas las heridas, aberturas y salidas a una vida mejor ya que de nada sirve inventarme en otro lugar, si allá donde eche raíces tu mar salada me devastará, abriéndome más y más.
Que soy un (de)sastre sin remedio.


-y sigo sin sangrar mi miedo-.

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