Perdóname el frío de ayer, el de hace un mes y los que me quedan. No puedo yo sola conmigo y parece que la primavera jamás llega.
Que las metáforas no me sirven para enseñarte que mi reflejo ya no aparece en el espejo. Que me he cosido todas las heridas, aberturas y salidas a una vida mejor ya que de nada sirve inventarme en otro lugar, si allá donde eche raíces tu mar salada me devastará, abriéndome más y más.
Que soy un (de)sastre sin remedio.
-y sigo sin sangrar mi miedo-.
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