Al final siempre acudo a ti querido blog. Acudo a ti cuando solo me apetece escribir. En esos momentos en los que solo me apetece plasmar aquello que no me atrevo a decir en alta voz, parece que de este modo es como si escribiera una historia ficticia, ajena a mi vida real. Por desgracia, todo esto es una sucesión de errores, de sentimientos que me han llevado a la locura...y de los cuáles, de ninguno me arrepiento.
Si, me estas leyendo bien, de ninguno de ellos me arrepiento. No me arrepiento para nada de haber puesto en peligro mi vida de múltiples formas e intensidad. No, no me arrepiento. Tampoco me arrepiento de haber perdido la oportunidad de conocer el amor en alguna de sus múltiples formas (y ésta estupidez mas veces de las que me gustaría reconocer). Tampoco me arrepiento de haber dicho la verdad y a su vez de haberla ocultado.
Se acerca el final, aun no sé si lo he conseguido, si llegaré a la meta...no respiraré tranquila hasta ver que lo he conseguido, y no me refiero sólo a superar los estudios...
Todo cambiará, y en cambio yo lo veré todo igual. Todo está distinto, pero por dentro todo sigue podrido.
Debo decir que menos mal que te tengo a ti querido blog, porque sino hubiera perdido yo sola la cabeza y perderla solo tiene gracia si haces literatura de ella.
"-¿Y esas cicatrices? ¿de qué son?
-Son marcas de guerra.
-¿De guerra? ¿contra quién?
-Contra mi misma."
Que triste....pero muy bonito!
ResponderEliminarDale...que si escribes así con esa facilidad para decir lo que realmente sientes, te pido por favor que te tomes una taza de café...y otra en mi nombre.
ResponderEliminarJajajajaja pues este finde me he tomado como 20, la taza nº 21 irá a tu salud. Y gracias :)
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