martes, 1 de octubre de 2013

Confesiones de una suicida

La vida corre que corre
sin poder agarrarla.
Intensa y frágil 
brota a través de mi.
Corriéndose en mis muñecas
mientras yo me pregunto el porqué de ésta huida
¿habrán sido las pastillas?
o ¿quizás la cuchilla?
...
Llevaba tanto en la sombra que se le había olvidado el sabor de una sonrisa.
Llevaba tanto tiempo bajo su propia lluvia que se le había olvidado el olor a tierra mojada.
Llevaba tanto tiempo conviviendo con sus monstruos
...tanto tiempo que se le había olvidado que podía ser feliz.

Ahora todo era luz y sonrisas; había llegado el cambio y no estaba preparada para matar a sus monstruos (del pasado)
...
La felicidad dolía 
ahora ya lo sabía

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