Quiero correr por las praderas prohibidas del amor. Correr y correr. Caer y tumbarme en ellas, respirar esa locura y estupidez tan propia. Disfrutar del paisaje que jamás ha sido más bello que en ese lugar, cuando te enamoras.
Quiero volar por distintos cielos azules, de distintas ciudades, con distintas personas pero que al fin y al cabo viven las mismas historias. Quiero volar libre a distintas alturas. Sentir el viento en mí, el miedo, la libertad. Quiero estar en todos lados sin estar en ninguno realmente.
Quiero nadar por los siete mares y recorrer cada sitio oscuro de esa locura, para que más tarde, al volver a la superficie pueda sentir eso a lo que todos llaman estar cuerda. Quiero sumergirme a buscar el Titanic y revivir lo que un día pasó en él. Quiero no tener casa, no tener un lugar al que huir, el mar es grande tanto como mi locura, por eso sumerjámonos en él.
Pero mientras esperaré día tras día a que aparezcas por mi ventana y me digas: "Hola pequeña hacía tiempo que no te veía".
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