Cuando se echa la vista atrás te das cuenta de lo mal que has estado por ciertas cosas que luego olvidas por completo y recuerdas siempre los momentos de felicidad. Entonces sientes la tentación de volver sobre tus pasos, de regresar a ese momento y quizá, cambiar la decisión que tomaste, optar por una diferente, ya que así te ahorrarías malos momentos y discusiones innecesarias , pero es que, en ocasiones, sólo tenemos una opción de elegir guiados por el corazón, por el instinto, por la confianza, sin posibilidad de volver atrás, y es ahí cuando tendremos que aceptar nuestra decisión.
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